jueves, 24 de junio de 2021

17 - El "Como estás?", el "como va?"

 

 


 

(...) y yo quería saber que le había parecido el libro que hacía poco había terminado...
Si se había topado con algún concepto, o alguna frase que había logrado cautivarla.
Si eso había sido tan contundente como para remover las bases de su estructura ideológica, conceptual.
O si quizás solo las habían reafirmado.

Quería saber si esa canción que había escuchado se le había metido tan adentro al punto de desestabilizarle el andamiaje emocional...
Si durante algunos instantes había abordado el vuelo del sueño de los despiertos...
Si de alguna manera la había distraído de cualquier cosa que estuviera haciendo.
Acaso... si la había hecho pensar en mí.

Quería saber si durante algunas escenas me paseé por sus cavilaciones cuando una película la había sentado, mientras se disponía a matear... o a picar algo.

Quería saber lo que había sentido cuando esa compañera le respondió de la manera que jamás hubiera esperado. Saber que malabares le tocó hacer con esa desilusión advenediza...

Quería saber si el perro alguna vez le comió la vianda de un largo día laboral que había apoyado 5 minutos arriba de la silla para poder sacar la agenda del cajón de la mesa de luz que se estaba olvidando a la hora de empezar la jornada...

Quería saber que se le cruzó por la cabeza cuando Macri inició relaciones con el efemeí...
Que pensaba de los 20 años de gobierno de Putin, de los 50 de Fidel, del Triángulo de las Bermudas, de las salsas listas, de las 30 y pico de temporadas de Los Simpsons...

Quería saber que hubiera hecho si se encontraba con el marido de su mejor amiga con un zorrón rubio matandosé en el banco de una plaza bajo la sombra de un árbol...

Quería saber si creía en la amistad entre el hombre y la mujer...

Si creía en dios. En los dinosaurios. En los extraterrestres.


Que se yo, la re puta madre...
Eso quería saber.
Y por sobre todas las cosas quería que lo compartiera.
Conmigo.

Daba por sentado que si soportaba los ronquidos cuando dormíamos juntos o tenía las llaves de mi casa en su cartera, no iba a estar esperando un "como estás?" mío.

Un "como estás?" es de un cualquiera.

Un "como estás?" lo trae encima el que entra al kiosco a pedir un paquete de cigarrillos.

Un "como va?" lo tira un pasajero que sube a un taxi o a un bondi. 

Me chupaba un huevo si no me preguntaba si estaba bien.

Dejé de sentirme "bien" hace muchos años.
La vida pierde temprano el encanto que te hace "bien".
Y uno entrando a los 40 ya tiene; en un mundo de "tips"; un patrón de conducta para surfear la total y abrumadora ausencia de ese... "bien".
Y todo ... cortesía de un sistema adverso e injusto socialmente hablando.

"Bien".
Qué es "bien"?
Por que mierda la gente se deleita contestando: "bien" cuando alguien le pregunta como está...? Como va?
Que hace uno en esa situación?
- Vení... te invito a un café y te cuento todo.
Dejate de joder...!

Yo quería su existencia. 

Su ser.

Su presencia.
Eso era el "bien" en este mundo de mierda, en esta vida de mierda.

Yo soy eso.
Los libros que leí y los que aún no.
Las canciones que escuché y que escucho. Y las que aún no.
Las películas que ví. Y las que no.

Soy la suma de mis desengaños amorosos.
De las experiencias recolectadas durante años. De las preguntas mal hechas.
De las preguntas sin respuesta, y de las respuestas equivocadas. De las palabras mal elegidas. De las decisiones incorrectas, y las pocas acertadas. De corazones rotos y sonrisas falsas.

Soy una pila de revistas antiguas, de historietas infantiles, de libros bizarros...
Soy una caja llena de recortes de revistas, de tapitas de gaseosas, de cartuchos de videojuegos, de etiquetas de cigarrillos, de cartas de amor, de muñequitos, de juguetes, de envoltorios de chocolate, de papelitos de caramelos, de botellitas y latitas de Coca Cola y de Pepsi...
Soy una torre de compactos, y una caja de cassettes grabados.
Una desordenada pila de remeras grises que alguna vez fueron negras, y
un cajón de boxers con agujeros de esos que no vienen de fábrica.

Y soy un concierto de ronquidos que se disputan el protagonismo entre las bromas telefónicas de un pícaro viejo hijo de puta y unos tipos hablando nerdeadas subrayadas con unas risas cómplices. Compañeras.(...)







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