jueves, 24 de diciembre de 2020

No sos vos, soy yo.







"No sé ni que decir".

Era la verdad. Es la verdad.

Quizás sea yo que no logro verlo. Entenderlo.

Porque quizás es así como tiene que ser. 

Nadie llega al mundo sabiendo todas las respuestas, se supone que

las vas aprendiendo a medida que vas cumpliendo años y años... y la

vida te ubica en un lugar, en un momento, en un contexto en

particular y se apresta para enseñarte lo que se trae entre manos.

Y ahí tenes...! Una enseñanza.

Sera así de verdad...?

 

 


 

 

Me queda pensar que pifié.

Pifié en escribirle. En buscarla. Otra vez.

Debí haberme quedado en el molde. Y no lo hice. No lo aguanté.

Lo admito.

Como ella misma lo hizo. Y más de un par de veces...

(Tendría que haber sido así de forro...?)

Como hace uno para pasar de "amor de la vida" a un "asqueroso

como todos los hombres"...?

A no poder ser tan pajero...?

A ser un cazador de trofeos femeninos, un coleccionista de fotos de

chicas...?

 

Seguramente esto solo sea una manifestación lisa y llana que alguien

tiene frente al rechazo...

Eso que te deja sin saber que mierda hacer...no?

Que creer... que pensar... que decir.

Y no lo digo por ella. Lo digo por mí.

Suele ser insoportable la soledad a veces.

 

No me esperaba para nada que me hablara como si fuera un tipo que

hubiera conocido hace unos días.

De repente era alguien que estaba "fantasmeando".

"Fantasmeando" es uno de los tantos términos utilizados y dados a

conocer en los últimos tiempos, y que, dicho sea de paso, según

gugol es cuando vos terminas una relación desapareciendote sin dar

explicaciones... como un fantasma (?).

 

Así que además de todo lo mencionado, soy un fantasma.

 

Como la mayoría de las veces, las cosas no son tan simples como

para que gugleandolas las podamos explicar. 

Las relaciones a distancia son difíciles. Siempre se reducen a la

conclusión obvia, si es que deseas que tengan una conclusión que

termine con aquello a lo que la distancia propiamente dicha refiere.

 

Básicamente no me pareció tirar a la basura una docena de años de

antigüedad laboral para irme a empezar de cero a otro lugar situado a

mil kilómetros de distancia a mis treinta y tantos años...

Dejar un techo alquilado de otros tantos años e intimidad encima

también... para irme a vivir a... donde?

Yo tampoco lo sé.

 

Y por supuesto, con la incertidumbre, el desconocimiento, el arrojo

que significaba de haberlo realizado.

 

Claro que se abarajó la otra obvia posibilidad. 

Y si bien no se hablaba de un trabajo de larga antigüedad

abandonado, ni de corta tampoco, ni de un alquiler, ni de un proyecto

de vida solitaria dado de baja... tampoco fue una decisión a tener en

cuenta.

- "Yo no quiero ser una cajera de supermercado".

 

Pero lo entendí. Y solo pude... seguir adelante como ella respetando

que no iba a venir por las razones que me había dado.

Y ella respetando las mías por las cuales no ir. O algo así.

De todas maneras, el intercambio virtual que teníamos mientras no

estábamos juntos, no tenía el mismo resultado para uno, como para

el otro.

Yo tenía que escucharla decir que hablarnos no tenía sentido. Y yo

decía lo contrario.

Yo insistía en que éramos un resultado de nuestra propia situación,

que no podíamos escapar de eso, y que, entre otras cosas, por eso

renegaba y mezquinaba un "buen día, como estas?"...

Porque no quería representar lo que eso significaba. Me hinchaba las

pelotas eso.

Aceptarlo me jodía.

E igual me sentía cuando la persona a la que le confesabas tu amor,

que no se cotiza para nada barato, lo interpretara como un desinterés

de mi parte.

 

- "Ni siquiera me preguntas como estoy".

(Cuack).

No sé qué es lo que no se entiende de eso!

Para mi está muy claro. Igual de claro me parece cuando pienso o

digo que extrañar es una cagada.

Un sentimiento de mierda... desagradable.

Esconde una declaración. Como los fuckin' chistes. Una aceptación...

Jamás pensé que un "buen día" iba a ser una prueba de amor.

Jamás pensé que tenía que dar una prueba de amor... para demostrar

qué...?!

La amé.

La amo.

Y un saludo matutino o vespertino no le hace justicia a ese amor.

Jamás quise que eso llegara a esas instancias.

Siempre deseé que "mi amor" iba a estar representado en mis

palabras. En mis opiniones. En mis ideas. En mis conceptos.

Y todos ellos se los hacía saber. Siempre. Y esperaba lo viera.

Incluso cuando te decía que hablar no tenía sentido.

Y eso te rompía.

Era como querer nadar contra la corriente.

 

El fin...?

Y, supongo que sí.

Al menos el principio del mismo.

 

Después todo fue desmoronándose, viniéndose abajo.

Hoy (hoy) no me animo a decir que a pesar de todo nos amábamos.

Nos queríamos mucho. Nos deseábamos. Nos soñábamos. Etcétera...

Ayer lo hubiera jurado. Convencido.

Y por eso, y quizás por pelotudo también, intentaba salvar eso en

cada mensaje descolgado que salía de mi celular para allá.

Hoy no sé qué mierda fue todo eso.

Quizás una mentira. Quizás una película...

Qué se yo.

Hoy no diría que todo fue tan lindo.

 

Más allá de todo, incluso de las diferencias sexistas, tan en boga

actualmente, duele que te fajen un "tus lágrimas de hombre no me

hacen mella".

Y me cago en el machismo, incluso considerándome

indefectiblemente un macho más, pero no estaba llorando cuando le

escribí. Sí estaba mal.

Me sentía quebrado... me sentía perdido... me sentía vacío... me

sentía solo.

Pero enseguida me di cuenta de que todo eso... jodía.

La jodía.

La molestaba.

 

- "Yo ya estoy en otra".

- "Que queres?"

- "Decime lo que me tenes que decir así no me jodes más".

 

Wow...

Eso es empoderamiento, loco...!

Aprendan!

 

Recuerdo la vez que finalmente comprendí aquello del hombre "caballero"...

De llegar a la desmitificación de esa calificación que se le hacía al

tipo que le abría la puerta a la mujer para que pasara primero...

O que le daba el asiento a la mujer que estaba parada en el

colectivo...

O que le pagaba el morfi en la salida al resto bar...

Etcétera.

Comprendí lo de los mandatos sociales, y fue cuando escuché a una

mujer decir:

 

- "Si yo le abro la puerta a un tipo para que pase primero no es porque me lo quiero garchar o porque quiero que el hombre piense eso. Solo quiero hacerlo porque una mujer también puede ser amable" que entendí de qué iba el mambo.

 

 

Ahora...

costaba tanto ser "amable"...?

Hacía falta la basureada...?

Me pongo a recordar las veces que estuve de ese lado y recibí

llamadas... y mensajitos, y audios... incluso llorando.

Y no recuerdo haber sido tan mierda...

 

Sera que eso te lo enseñan...?

O uno lo aprende solo...?

Eso es hoy...?

Eso fue siempre...?

 

- "Yo estoy en otra".

Me parece muy bien.

Y ojalá que sea feliz.

Me hubiera encantado haber sido parte. Pero no se dió.

Ni siquiera sé por qué me convertí en lo peor del mundo... porque en

un planteo que nunca entendí, lo mejor para nosotros y para un

posible futuro juntos que deseábamos ambos, lo mejor era no

hablarse.

Como era posible eso...?

Qué se yo.

No tengo todas las respuestas.

A veces me sucede que no se ni que decir.

 

En unas horas es navidad, y la verdad es que me importa un carajo.

Seguramente esto va a pasar. Lo sé.

Como todo. Y el dolor de una historia de amor que no fue pasara a

ser un atado de recuerdos...

Lindos si se hubieran dado de otra manera.

Pero nos toca lo que nos toca, y no está mal quebrar porque esto es

así. Es parte del juego.

Pero a veces ser amable hace la diferencia.

Y por lo visto, no es para cualquiera.

 


 


domingo, 13 de diciembre de 2020

El Ultimo día



El último día





 
 
Se agitan las banderas, los pañuelos, las cortinas,
 
las vendas, las gasas, las curitas, las sábanas,
 
las hojas de los árboles que mirabas boca arriba,

los proyectos, las letras en las cartas, las consignas,

los vestidos, las excusas, los argumentos, los carteles

de las marchas, los billetes, las agujas del reloj,

las del tejido, los ovillos, los paños de lana,

el día que abortaste, el día que lo pensaste,

cuando no te animaste, la amiga que te acompañó,

la que te rechazó, la voz que dijo: “Abortá y listo”,

la madre de tu vecinita muerta a los treinta y dos,

tu propia madre y tus otros hijos, los murmullos,

tu silencio, tu podredumbre, la sombra

del abusador, las mentiras, los cantos, las tijeras.
 
 

Se agitan los filos, las lenguas, las amígdalas,

los puntos, las cicatrices, la prima hermana

que abortó, los hijos que no tuviste, la maternidad

que no deseaste, la guitarra que vendió tu novio

para pagarle a la clínica, los tallos verdes,

las almohadas, los toldos, las lágrimas vertidas,

las miradas que te compadecen, los que te juzgan,

la cría que sí deseaste, la compañera que sostuvo

tu mano, la que en unas vacaciones te confesó

no haber tenido valor para abortar, el médico

que se llenó de guita y al final fue denunciado,

las que no quieren descendencia, tu marido, tu ex,

el sermón del cura, el dedo del catequista, la abuela

rezando, los rosarios, los manteles se agitan,

las servilletas, el test, las dos rayitas, la socorrista,

los calmantes, el mensaje a las tres de la mañana,

el que te dio vuelta la cara, las que gritaban,

el que no puso ni pone un mango, las que lloran

y saltan bajo la lluvia, los pasos y los pies se agitan.
 
 

Se agitan los años que perdimos, las que quedaron

en el camino, las que entendían, las decisiones

tomadas, los ruidos, la fiebre, la hemorragia,

la soledad en la camilla, las pibas, el glitter,

la noche que cogiste sin forro, el día después,

la enfermera, los bebés, el cóctel, los dolores,

las pesadillas, el temblor de la alegría, el alivio.

Se agitan las banderas, los trapos, los pañuelos

verdes, las manos, los suspiros, los prospectos,

los hilos de las redes, unos cuerpos negros

y multicolores, los úteros, el arco iris,

las estrellas en sus órbitas.

El último día de la prohibición se agita,

se retuerce, y estremecido cae,

por fin, lejos.


 
 
 
 
Extraído de la sección "Cartas de lectores" del diario La Capital correspondiente al día domingo 13 de diciembre del 2020.
De la autoría de Alicia Salinas.
 
* Visitá su página de feisbu: https://www.facebook.com/alicia.salinas.12
 
* Echale un ojo a sus escritos en la sección de la pagina web del diario La Capital: https://www.lacapital.com.ar/alicia-salinas-p1283636.html