El último día
Se agitan las banderas, los pañuelos, las cortinas,
las vendas, las gasas, las curitas, las sábanas,
las hojas de los árboles que mirabas boca arriba,
los proyectos, las letras en las cartas, las consignas,
los vestidos, las excusas, los argumentos, los carteles
de las marchas, los billetes, las agujas del reloj,
las del tejido, los ovillos, los paños de lana,
el día que abortaste, el día que lo pensaste,
cuando no te animaste, la amiga que te acompañó,
la que te rechazó, la voz que dijo: “Abortá y listo”,
la madre de tu vecinita muerta a los treinta y dos,
tu propia madre y tus otros hijos, los murmullos,
tu silencio, tu podredumbre, la sombra
del abusador, las mentiras, los cantos, las tijeras.
Se agitan los filos, las lenguas, las amígdalas,
los puntos, las cicatrices, la prima hermana
que abortó, los hijos que no tuviste, la maternidad
que no deseaste, la guitarra que vendió tu novio
para pagarle a la clínica, los tallos verdes,
las almohadas, los toldos, las lágrimas vertidas,
las miradas que te compadecen, los que te juzgan,
la cría que sí deseaste, la compañera que sostuvo
tu mano, la que en unas vacaciones te confesó
no haber tenido valor para abortar, el médico
que se llenó de guita y al final fue denunciado,
las que no quieren descendencia, tu marido, tu ex,
el sermón del cura, el dedo del catequista, la abuela
rezando, los rosarios, los manteles se agitan,
las servilletas, el test, las dos rayitas, la socorrista,
los calmantes, el mensaje a las tres de la mañana,
el que te dio vuelta la cara, las que gritaban,
el que no puso ni pone un mango, las que lloran
y saltan bajo la lluvia, los pasos y los pies se agitan.
Se agitan los años que perdimos, las que quedaron
en el camino, las que entendían, las decisiones
tomadas, los ruidos, la fiebre, la hemorragia,
la soledad en la camilla, las pibas, el glitter,
la noche que cogiste sin forro, el día después,
la enfermera, los bebés, el cóctel, los dolores,
las pesadillas, el temblor de la alegría, el alivio.
Se agitan las banderas, los trapos, los pañuelos
verdes, las manos, los suspiros, los prospectos,
los hilos de las redes, unos cuerpos negros
y multicolores, los úteros, el arco iris,
las estrellas en sus órbitas.
El último día de la prohibición se agita,
se retuerce, y estremecido cae,
por fin, lejos.
Extraído de la sección "Cartas de lectores" del diario La Capital correspondiente al día domingo 13 de diciembre del 2020.
De la autoría de Alicia Salinas.
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